martes, 22 de diciembre de 2015

Suplemento de yodo en la gestación y la lactacia

El yodo es un elemento esencial para la producción de la hormona tiroidea y por tanto desempeña un papel fundamental en el crecimiento y desarrollo de los niños. La deficiencia grave de yodo en la gestación es causa de cretinismo y de daño cerebral irreversible en el niño. El beneficio de la suplementación con yodo durante la gestación en las áreas con deficiencia grave de yodo está bien establecido; sin embargo, en las regiones con deficiencia leve o moderada de este elemento, la evidencia de los beneficios solo se sugiere indirectamente por los resultados en los biomarcadores (aumento de la eliminación de yodo urinario, disminución del tamaño de la glándula tiroides tanto materna como del recién nacido y disminución en los nivel de tiroglobulina neonatal), pero no hay ni un solo ensayo clínico que haya comunicado los resultados de la suplementación durante el embarazo en el desarrollo de los niños o en su crecimiento. Hay otros comprimidos de yodo de diferentes marcas comerciales, como el Yodocefol y Natalben Supra. Para cualquier duda no dude en comentárselo a su matrona. 


Situación en España:

En el año 2004, la OMS incluyó a España entre los países con adecuada ingesta de yodo. Varios estudios recientes realizados en niños y adultos muestran medianas de yoduria superiores a los parámetros de riesgo, lo que confirma que la ingesta de yodo es suficiente en la población española. 

En octubre de 2012, la Dirección de Salud Pública del Gobierno Vasco y la Dirección General de Investigación y Salud Pública de la Generalitat Valenciana organizaron un taller sobre suplementación con yodo y ácido fólico durante la gestación y la lactancia. Una de las recomendaciones finales de este taller fue: "En estos momentos la suplementación universal con comprimidos de yoduro potásico durante la gestación y la lactancia materna no está justificada en España". En este taller se consideró que el contenido de yodo de la leche, los derivados lácteos y la sal yodada cubren las necesidades de yodo en la gestación y la lactancia, siempre que la madre consuma estos alimentos en su cantidad suficiente.

En gestantes, tres raciones de leche o derivados lácteos y 2g de sal yodada cubren alrededor del 100% de las necesidades de yodo y en madres lactantes el 90%. A ello hay que añadir otras fuentes de yodo que proporcionan el resto de alimentos de la dieta, como el pescado.

Las leches y derivados lácteos con denominación de ecológicos no están suplementados con yodo, puesto que las vacas que producen esta leche no se alimentan con piensos suplementados. Por tanto, la suplementación farmacológica de yodo durante la gestación y la lactancia solo estaría indicada en mueres con hábitos de alimentación que supongan alto riesgo de ingesta de insuficiente yodo o que presenten riesgo de desarrollar disfunción tiroidea en estas etapas. 

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miércoles, 2 de diciembre de 2015

El pelo del recién nacido: lanugo, caída, calvitas... ¡Es normal!


¿Cuándo aparece? ¿Cómo influye la genética? ¿Cuál es la mejor manera de cuidarlo? Os desvelamos todo sobre el cabello de vuestro bebé.



Entre las semanas 14 y 16 de gestación, al futuro bebé empiezan a salirle pelitos muy finos en la piel, más abundantes en la cabeza y en las cejas, y en la semana 20 todo su cuerpo está cubierto por ellos.
Esta capa aterciopelada de vello, conocido médicamente como lanugo, hace que se acumule un manto graso sobre su piel, que aún es muy fina y sin grasa subcutánea, ejerciendo una función aislante y protectora que evita que se le ablande por el contacto continuo con el líquido amniótico.

EN LA ESPALDA Y LAS OREJAS

Desde el octavo mes de gestación el lanugo se empieza a caer y va a parar al líquido amniótico. Como el bebé se lo traga, el lanugo pasa a formar parte del meconio, la primera deposición que el bebé hará fuera del cuerpo de su madre y que pone en marcha sus intestinos. El lanugo, por tanto, también favorece el funcionamiento intestinal del pequeño.
Hay zonas de las que el lanugo tarda más en desprenderse, como los hombros, la espalda, las orejas y la cabeza. Por eso hay bebés que al nacer todavía conservan restos de pelitos en estas partes (les ocurre sobre todo a los prematuros).
Si el vuestro es uno de ellos, no os alarméis, porque este vello carece de raíz y se le irá cayendo en las siguientes semanas con el roce habitual de la ropa y las sábanas. Y es que fuera del organismo de su madre ya no le hace ninguna falta: ahora sois vosotros los que le vais a alimentar para que su cuerpo disponga de los nutrientes que necesita y los que le vais a abrazar, arropar, limpiar y vacunar, con el fin de mantenerle lejos del frío y de las enfermedades.

¡SE HA QUEDADO CALVO!

Como podéis deducir después de lo leído, que a vuestro pequeño se le caiga el pelo de la cabeza y se quede calvete no debe preocuparos en absoluto, porque no denota que esté falto de vitaminas ni tampoco es síntoma de ninguna enfermedad: lo que ocurre es que esa pelusilla no era cabello, sino lanugo, y debe perderlo para que le salga el cabello “de verdad” (tened en cuenta que no lo perderá todo al mismo tiempo ni de la misma manera en todas las partes de la cabeza).
Sólo debéis tener un poco de paciencia, porque tanto en este caso como en el de los niños que nacen sin pelo, el “problema” de la calvicie se resuelve espontáneamente en cuestión de unos cuantos meses.
Tampoco debéis extrañaros si a vuestro hijo le sale una calvita redonda en la parte posterior de la cabeza, justo encima de la nuca, porque no se debe a ninguna afección de la piel. Su aparición se explica porque pasa muchas horas al día tumbado y el roce casi continuo con las sábanas de la cuna y con el cochecito acelera la caída del lanugo en esta zona.


miércoles, 25 de noviembre de 2015

El ombligo del bebé

Algunas mamás nos han pedido información a cerca de los cuidados del cordón umbilical del bebé por lo tanto nosotras no nos podemos negar y haremos encantadas esta entrada sobre ello. Esta vez hablaremos de la estructura del cordón umbilical, en qué consisten sus curas, cuándo es el momento de su caída y cómo tiene que ser curado en esa situación. También os explicaremos algunas cosillas que nos parecen importantes desde el punto de vista de la Enfermería pediátrica y las observaciones que deben realizarse para evitar una evolución incorrecta en la cicatrización.

¿Qué es el cordón umbilical?

Se trata de una prolongación de piel que une el útero materno y lo que será el ombligo del bebé. A través de este conducto, el bebé tomará los nutrientes y el oxígeno de la madre para poder desarrollarse.

¿Qué se hará con el cordón tras el nacimiento del bebé?

3 minutos, aproximadamente, tras finalizar el alumbramiento, se colocará una pinza de plástico a unos 4 cm del abdomen del bebé y se cortará definitivamente la unión física de madre e hijo de forma indolora para evitar sangrado. Queda entonces una especie de muñón en el extremo distal del cordón del bebé, de color gris-amarillento, que irá adquiriendo un color casi negro con el tiempo, a medida que se vaya secando.

¿Cuándo se desprende el cordón umbilical?

Tras un parto normal o mas científicamente hablando, parto eutócico, el cordón se desprende entre los días 5 y 12 a partir del día del nacimiento de bebé. Si se ha realizado una cesárea, el desprendimiento será un poco más lento y durará 12-15 días. 
Puede pasar que el cordón sea un poco más grueso, y el tiempo estimado se alagará porque tardará más en secarse. 
Si pasan más de 25 días es recomendable consultarlo con personal sanitario porque esto puede implicar que aparezca infección (ya que es un medio de cultivo idóneo para microorganismos al tratarse de una zona fresca y húmeda).

Curas del cordón umbilical:

El objetivo de los padres es que el cordón se seque rápido para lograr su desprendimiento y evitar infecciones; para ello son necesarios los siguientes materiales y seguir los pasos que se expondrán a continuación:

Material: Alcoholo 70º o Clorhexidina (bajo coste, antiséptico eficaz y accesible); suero salino fisiológico y gasas estériles.

Proceso:
1. Lavarse bien las manos antes de empezar las curas con agua y con jabón desinfectante.
2. Retire le gasa que en ese momento está envolviendo el cordón. Si está pegada a la piel, puede utilizar suero en un pequeño chorro para humedecer a gasa y poder retirarla con más facilidad.
3. Tiramos de la pinza de plástico hacia arriba para poder acceder a la zona en la que la piel del bebé y el cordón se unen, puesto que esa es la que más nos interesa curar, así que con cuidado pero sin miedo.
4. Limpiaremos con una gasa el cordón (mediante movimientos de rotación alrededor), manipulando solamente las esquinas de la gasa con nuestras manos, para que la zona central de la misma esté intacta para el contacto con el ombligo del bebé. Con otra gasa diferente, e igualmente estéril, limpiaremos la parte distal del ombligo, que lleva la pinza.
5. Este quinto punto sólo lo llevaremos a cabo en caso de tener un ombligo infectado, que supura, huele mal o tiene mal aspecto: No aplicaremos alcohol directamente sobre la piel del bebé, sino que utilizaremos una gasa abierta y enrollada para formar con ella una tira alargada y fina, que será impregnada en alcohol 70º y daremos vuelta alrededor del ombligo. Realizar este proceso 2-3 veces al día (una de ellas tras el baño), así como cada vez que se ensucie.
6. La gasa que queda enrollada no debe quedar excesivamente empapada, pues dejaríamos el área humedecida, haciendo que la piel del bebé pueda irritarse e impida su secado.

  • Antisépticos utilizados para la cura del cordón en caso de infección:
    • Alcohol 70º: el que se utiliza en el hospital es el de 90º, pero en este caso es mejor el de 70º porque la piel del bebé es más delicada.
    • Clorhexidina: la Asociación Española de Pediatría recomienda este antiséptico para la cura del cordón pues no produce dolor ni toxicidad al contacto con la herida (al ser la cantidad que se utiliza muy pequeña) No tiene color, nos deja valorar la evolución del ombligo y no mancha la ropa.        
  • No se utilizarán talcos o polvos de yodo ni mercromina:
    • Yodos (Betadine): por alteraciones tiroideas al absorberse a través de la piel del bebé. No utilizar hasta niños mayores de 3 años.
    • Mercromina: existe riesgo de hipersensibilidad con enrojecimiento del culito del bebé, dermatitis de contacto y dificultad para valorar la evolución de la cura al tener el color rojizo que nos enmascara la apariencia del cordón.
Aún así también os comentamos la opción que recomienda la O.M.S. que nos habla de mantener el cordón limpio y seco sin necesidad de antiséptico, pues todo mamífero es capaz de curar su cordón por sí solo con el tiempo. A esto es importante añadir que la colonización bacteriana del cordón será mayor si se toma esta postura.

Recomendaciones:

  • Mantener limpio y seco para evitar infecciones, impidiendo que se ensucie con orina o heces del pañal; tener en cuenta que al ser un material absorbente, la orina irá ascendiendo por el pañal hasta la zona del ombligo. Si observamos manchas en el cordón, lavar con agua y jabón neutro de bebé y, tras eso, secar meticulosamente la zona.
  • Dobla la parte alta del pañal hacia abajo para que el contacto con el aire acelere el proceso de secado.
  • La utilización de ombligueros, vendas o esparadrapos no está indicada. No acelera la curación de la herida y puede provocar lesiones en la piel así como facilitar el vómito por compresión abdominal.
  • No sumergir totalmente al niño en bañera durante su aseo hasta que la zona tenga aspecto seco (3-4 días tras la caída del cordón), pues esto supondrá un enlentecimiento del secado. Deberá hacerse el lavado por zonas con la ayuda de una esponja o bien sumergiéndolo en la bañera intentando no mojar en exceso el ombligo. Asegurar su secado interno cuando finalice el baño, utilizando una gasa estéril (sin miedo a la hora de introducirla en la zona del ombligo).
  • Nunca estirar el cordón para arrancarlo aunque sea un hilo fino el que los une. Habría riesgo de hemorragia importante y no se debe confundir con el pequeño sangrado que mancha la gasa tras la caída del cordón de forma natural.
Cuando algo no marcha bien...

  • Fiebre: el muñón del cordón umbilical es la fuente de infección más usual en recién nacidos. Acuda a su centro de salud.
  • Secreta líquido amarillento con carácter maloliente. Estos signos son propios de infección umbilical u onfalitis. Acuda a su centro de salud.
  • Sangrado varios días consecutivos.
  • Piel umbilical roja e inflamada, signo de una incorrecta cicatrización.
  • Si una vez caído el cordón, al hacer esfuerzos (llanto), notas que el ombligo sale hacia afuera, posiblemente se trate de una hernia umbilical. Es algo inofensivo y suele curarse solo con el tiempo aunque es necesaria una visita de control a su centro de salud.
  • Cuando veas un bulto rosa y húmedo una vez desprendido el cordón, puede tratarse de un granuloma. Se tratará como se indica a continuación.
Tras la caída del cordón:

Ya podemos guardar "como oro en paño" este trocito de cordón unido a la pinza de plástico. Tras caerse el cordón, la herida sigue presente, con lo que seguiremos con las curas hasta que las gasas procedentes del cordón, no manchen (suele tardar 3-4 días desde la caída del cordón).
Cuidado con los ombligos que forman un hueco hacia adentro, como escondido, puesto que la poca aireación retardará su secado, dejando entrever una piel húmeda y rosada al abrir los pliegues del ombligo. ¿Qué hacer? Acuda a su enfermera para hacer una cura con nitrato de planta. Consiste en un filamento de plástico, con un extremo de nitrato de plata, que al ponerse en contacto con el suero, se activa y lo tenemos listo para dar unos toquecitos sobre la piel húmeda interna que tarda en secar. Se trata de un proceso no doloroso, suele ser la única cura. Es parte del proceso normal de la cura que el nitrato de plata deje una mancha grisácea en el ombligo, así como la piel circundante. No hace falta frotar para retirarlo, porque se irá borrando poco a poco con el roce del pañal y de la ropa.

----- No se lleva poner una moneda sobre el ombligo para aplanarlo, puesto que puede desarrollar infección y causar molestias estomacales.

Lo principal para una buena curación del ombligo es mantener la zona limpia, seca y fuera del contacto de líquidos como la orina que pueda infectarlo.



sábado, 21 de noviembre de 2015

¡Hoy se celebra el día de los bebés prematuros!

El campo clínico intenta retrasar el momento de su nacimiento lo más que puede, pero no siempre es posible. El bebé sale, y en lugar de ir a los brazos de su madre, se lo llevan a una incubadora. Y ahí empieza la gran batalla, la del bebé y de sus padres. En España, casi un 8% de los recién nacidos son prematuros, y aunque la mayoría logra sobrevivir, los casos de prematuridad siguen aumentando. Ser madre o padre de un bebé prematuro es vestirse de incertidumbres en cuanto a la evolución del hijo. Es un nacer algo más complicado, un duro trabajo de estimulaciones, manipulaciones, tratamientos y curaciones, para que el bebé arranque sus mecanismos físicos, psíquicos y emocionales, y logre salir de la incubadora.

Es un ir y venir, sin límites. A veces más lento en algunos aspectos y más rápido en otros. Mientras tanto, los padres luchan contra sus fantasmas, sus sentimientos de culpabilidad, sus miedos, sus preocupaciones y dudas sobre el bajo peso y la apariencia de su bebé. Creo que la vivencia de los padres es lo peor. Hace años, una amiga mía ha pasado por eso, y me acuerdo de lo impotente que se sentía ella. Solo podía ver a su hijo a ratitos, tenía que dejarlo en el hospital para irse a casa, y sus noches se hacían eternas.

Todo lo que había programado para los primeros días con su bebé, se llevó el tiempo. Pero, como la mayoría de los bebés prematuros, su hijo sobrevivió, y le devolvió la sonrisa de la que ella se había olvidado cuándo él nació. Recomiendo a todos los padres el libro Hijos prematuros, de Nora Rodríguez (La esfera de los libros). En él, podrán conocer experiencias de otras familias, así como encontrar grandes consejos para cuidar de los hijos prematuros, desde su nacimiento hasta la adolescencia. 

¿Cuánto sabes sobre la lactancia materna?

Consejos para colocar al bebé en la lactancia

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Lactancia en situaciones especiales para el lactante


Existen múltiples situaciones en las que la lactancia pueden contarse con as dificultades por ser situaciones poco habituales o bien de enfermedad. En todas ellas, los beneficios inmunologicos, nutricionales y psicoafectivos de la lactancia son indiscutibles. El deseo de amamantar y la ayuda que ofrezcan los profesionales son elementos decisivos para el existo de la lactancia. 

Niños prematuros:

El lugar ideal para un bebé prematuro, es el pecho de su madre, practicando el llamado método canguro, que permite contacto piel con piel continuado y un libre acceso del bebé al pecho y a la nutrición óptima. La leche materna aporta al prematuro factores inmunes como defensa ante las infecciones, y factores como el EFG, que previenen la enterocolitis necrotizante y la hemorragia cerebral, principales causas de muerte en estos bebés. Está científicamente demostrado que la lactancia materna es menos agotadora que el biberón. Además le aporta amor, calor y seguridad, previniendo que empeore a causa del stress.
Parece que la succión facilita el aprovechamiento de la leche suministrada por sonda, quizás por la producción de lipasa lingual. Incluso los grandes prematuros (desde la semana 25) diferencian perfectamente la voz de su madre de las demás. No sólo la reconocen, oír a su mamá beneficia a su salud: así, por ejemplo, la saturación de oxígeno en la sangre de los prematuros mejora cuando tienen a su familia cerca.

Gemelos, trillizos:

Cualquier madre puede tener una producción de leche suficiente para alimentar a dos e incluso a tres bebés, con la suficiente información y apoyo. Inicio precoz y lactancia frecuente es el mejor modo de asegurar una buena producción. Se puede amamantar a los bebés por separado, lo que puede facilitar el aprendizaje de una buena técnica de lactancia en el inicio, o dar a los dos a vez, opción que ahorra tiempo y es cómoda para muchas madres, agrupando las tomas para tener momentos de descanso. Es fundamental una adecuada información en el embarazo, y un apoyo cercano en el postparto y días posteriores, así como ayudar a la madre a organizarse para que pueda delegar todas las tareas que no son dar de mamar. Existen grupos de madres de apoyo a la lactancia para partos múltiples.
Si los gemelos son prematuros, será conveniente mantener la producción mediante la extracción, hasta que los bebés sean capaces de succionar de forma adecuada.

Síndrome de Down:

El amamantamiento es especialmente beneficioso en estos niños, ya que con frecuencia tienen patologías asociadas y por tanto en ellos es de especial interés prevenir infecciones y mejorar su estado de salud. Para las madres que tienen de forma inesperada un bebé con SD Down, el contacto piel con piel y el vínculo afectivo y hormonal que proporciona la lactancia materna será de gran ayuda para aceptar mejor a su bebé, superar la angustia inicial y conectarse con él. La hipotonia muscular, junto con la macroglosia, hace más difícil conseguir un sello correcto, una presión negativa y unos mecanismos de succión adecuados. Ayudar a la madre a colocar al niño en una postura adecuada puede mejorar la técnica de amamantamiento, con paciencia, porque requiere más tiempo que en otros bebés. Es normal que las tomas sean más largas de lo habitual, o más frecuentes. La curva de crecimiento de estos niños es diferente, se alimenten con pecho o con biberón.

Cardiopatías congénitas:

Existe la creencia errónea de que la alimentación al pecho es demasiado difícil para estos niños por lo que se aconseja, sin base en criterios científicos, la alimentación artificial. La mayoría de bebés con problemas cardíacos maman sin dificultad. Se ha observado que existe menos stress cardiorespiratorio con la alimentación al pecho, con mejores saturaciones de oxígeno que mediante la alimentación con biberón. La frecuencia cardíaca y respiratoria permanecen estables durante la toma, sin desaturaciones de la PO2. La leche materna es baja en sodio, y fácilmente digerible, y en caso de aspiración bronquial menos dañina, además de que previene infecciones.
Se aconseja informar a la madre de los síntomas que presentará su bebé si tiene insuficiencia cardíaca en relación con la alimentación (disnea, cianosis, taquipnea, cansancio...). A veces puede ayudar el hacer tomas cortas pero frecuentes, y en casos severos, aportar leche extraía como suplemento (bebés con alto gasto cardíaco).

Labio leporino o fisura palatina:

Son alteraciones de la estructura del labio y el paladar que se encuentran divididos por una fisura.
La lactancia materna en estos niños favorece el vínculo madre-hijo y reduce la aparición de otitis media recurrente.
Lo más importante para el proceso de amamantamiento en este tipo de anomalías es conocer si el niño es capaz de realizar un sellado, una succión y una presión negativa adecuados. Si el niño puede o no ser amamantado va a depender de la extensión del problema, pero en muchos casos se consigue con paciencia y ayuda colocar una buena postura, sobre todo cuando el defecto es pequeño y sólo hay un labio hendido sin fisura del paladar. La madre puede ayudar sellando con su dedo la zona del defecto. En los casos más severos, con fisura palatina grande, si no logra la succión correcta hasta la intervención quirúrgica, se puede ayudar con una prótesis blanda o administrar la leche materna por sonda.
Después de la cirugía es aconsejable una alimentación al pecho precoz, pues se ha estudiado que no presenta riesgo y la ganancia de peso es mayor que si se suministra una alimentación con cuchara.

Niños con alteraciones neurológicas y/o hipotonia:

Pueden tener dificultades para mamar porque no logren una buena succión (hipotonia, incoordinación motora), o por dificultad para sostener la cabeza y la postura corporal. Se puede ayudar cambiando la postura del bebé, con almohada, y presionando el pecho con los dedos para que no llegue con intensidad el flujo de leche y se atragante. Si la succión es imposible, conviene que la madre extraiga leche y se le administre por sonda.

CONTRAINDICACIONES DE LA LACTANCIA:
  • Galactosemia (no es lo mismo que la intolerancia secundaria a la lactosa por diarrea).
  • SIDA materno.
  • Herpes simple materno (no el herpes zoster): evitar el lado afecto en el primer mes en un herpes simple de pezón (si el bebé se contagia puede tener una infección generalizada y potencialmente mortal).
FALSAS CONTRAINDICACIONES DE LA LACTANCIA:
  • La lactancia está contraindicada en ictericia del bebé: mentira. Tomas frecuentes ayudan a eliminar la bilirrubina del intestino. La ictericia por lactancia es mas frecuente cuando se hacen tomas poco frecuentes y limitadas. No está justificado el uso de biberones de suero glucosado (hacen que el bebé no mame). Es importante seguir controles según la severidad, en ictericia leve de los primeros días no hacer nada salvo luz solar y lactancia frecuente. Si el bebé precisa fototerapia, continuar lactancia.
  • Mi bebé tiene diarrea, no puedo darle de pecho: mentira. La leche materna es el mejor rehidratante con nutrientes fácilmente asimilables, que además le aporta factores defensivos (inmunoglobulinas, lactoferrina, lisozima, bifidobacterias...) y otros que ayudan a reparar la mucosa intestinal dañada. Hay que dejarse guiar por las necesidades del bebé, que actúa según su instinto, y darle de mamar cuando lo pida, y todo el rato que quiera, ya que él regula la composición de la leche adaptándola a lo que necesita.


lunes, 5 de octubre de 2015

Enfermería, esto es lo que hacemos

"Pero cuando haya suprimido todo aquel dolor y sufrimiento que en los pacientes son los síntomas, no de su enfermedad, sino de la ausencia de los ya mencionados elementos esenciales para que se realice el proceso reparador de la Naturaleza, entonces sabremos cuáles son los síntomas de la enfermedad."


miércoles, 30 de septiembre de 2015

Enfermeras, imprescindibles en la lucha contra la violencia de género

La violencia forma parte del día a día, de la naturaleza del ser humano, dirían algunos reticentes a la opinión de Jean-Jacques Rousseau cuando afirmaba que el hombre es bueno por naturaleza. Sin ceder a las palabras del pensador francés, un hombre al que no se le puede negar bondad, Marthin Luther King, dijo en su momento algo que deja patente la falta de sentido de tanta violencia como existe en la actualidad. “El hombre nació en la barbarie”—explicaba – “cuando matar a su semejante era una condición normal de la existencia. Se le entregó la conciencia y ahora ha llegado el día en que la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne de otro”.

De acuerdo a estas palabras, y al sentido común, la violencia es intolerable. Cada año los diarios nacionales se llenan de informes sobre asesinatos relacionados con la violencia de género. Desde las instituciones se ha ido tomando conciencia de la importancia de elaborar un plan que combata la violencia contra la mujer, y la sociedad es cada vez más consciente de la intolerancia que se debe tener frente a las agresiones machistas. Este año, según datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad hasta el mes de julio, han sido asesinadas en España 22 mujeres por sus parejas o exparejas y, según la Encuesta de Violencia contra la Mujer 2015, elaborada por dicho ministerio, el 12,5% de las mujeres mayores de 16 años que viven en España admite haber sufrido violencia física o sexual por parte de sus parejas o exparejas en algún momento de su vida. Aún hay mucho camino por recorrer.

En esta lucha contra la violencia de género los profesionales de Enfermería tienen un papel muy importante. Muchas de las mujeres maltratadas no reconocen la existencia de malos tratos, de las 22 mujeres anteriormente mencionadas solamente dos habían denunciado al agresor, por lo que estos profesionales deben convertirse a la vez en psicólogos y amigos, manejar el lenguaje de mano de la sinceridad y la confidencialidad en todo momento, una misión difícil pero imprescindible en una sociedad que quiere acabar con la lacra de la violencia contra las mujeres.

“El personal sanitario tiene el deber ético de defender el cuidado de la salud de la mujer, respetando la autonomía de la paciente, la confidencialidad y la privacidad”, explica Amparo Saldaña de la Fuente, enfermera de Atención Primaria del Centro de Salud LEZO de Guipúzcoa, “siendo fundamental el trabajo en equipo”. Además, para esta profesional, que cuenta con amplia formación y experiencia en el trato a pacientes que han sido o son víctimas de violencia de género, “en el ámbito de un centro de salud se dan los factores idóneos para captar, tender puentes de atención hacia mujeres en situaciones delicadas, informar, derivar a otros servicios o realizar seguimiento de los procesos”. Los casos que llegan a los hospitales son muy variados: mujeres acompañadas de la policía, mujeres con signos de haber sufrido malos tratos, sin signos físicos que lo evidencien, mujeres que lo reconocen, que no lo admiten, incluso acompañadas del propio agresor. Los protocolos a seguir desde los hospitales, tal como nos explica Erika Rubio, enfermera de Urgencias del Hospital 12 de Octubre de Madrid “dependen de cada comunidad autónoma, y posteriormente cada hospital lo adecua a su realidad”. A pesar de la existencia de dichos protocolos, probablemente una de las mayores dificultades con la que se encuentran estos profesionales es la negativa de la víctima a denunciar a su agresor, aunque los profesionales sanitarios llevan a cabo ciertos procedimientos independientemente de que la mujer quiera o no. “Se les dice que denuncien. También hay que hacérselo llegar al “gestor de casos”, aunque la mujer no quiera”, explica Erika Rubio.

Los casos de violencia de género forman parte de los más delicados que un profesional sanitario debe tratar, como explica Amparo Saldaña, hay que ser conscientes de que “el impacto que el maltrato de la pareja tiene en la salud de la mujer es tan grande que además de verse como un problema que afecta a los derechos humanos, se considera también como un problema importante de salud pública y tiene múltiples consecuencias para la salud física (infecciones de transmisión sexual, dolores de cabeza, dolor pélvico crónico, etc.) y mental (trastorno de estrés postraumático, depresión, disfunción sexual, etc.) de la mujer”. Casos delicados, ya que además de los tabúes que aún giran en la conciencia de algunas personas frente a estos casos, la violencia no tiene por qué evidenciarse en agresiones físicas, tal y como argumenta esta profesional, “los signos físicos del maltrato se quitan con el tiempo, pero la sensación constante de miedo, la humillación, la burla… dejan a la mujer en una posición de desamparo y sin recursos para salir o cambiar dicha situación”.

martes, 29 de septiembre de 2015

Ya nunca más seré ‘sólo una enfermera’

Miss Colorado, candidata a representar a Miss América 2016, cambió los tacones por zapatillas para contar al mundo una experiencia personal –y enriquecedora- como enfermera que marcó su vida. Su nombre es Kelly Johnson, tiene 23 años y, como muchas, aspira a ser reina de la belleza de su país, sin embargo, su discurso dista mucho de lo que las mujeres que se presentan a este tipo de certámenes nos tienen acostumbrados.
En Atlantic City, New Jersey, este pasado domingo 13 de septiembre se celebró la fase eliminatoria de candidatas para conocer a la futura representante Miss América 2016. En esta fase, las candidatas suelen exhibir aptitudes como el canto, el baile o su destreza tocando instrumentos musicales para diferenciarse del resto de sus compañeras.

Le tocaba el turno a Miss Colorado, y Kelly Johnson, que había anunciado que ofrecería un monólogo, se encargó de no dejar indiferente a ninguno de los asistentes. Así pues, la joven de 23 años salió al escenario ataviada con su traje de enfermera y, delante del público, comenzó a contar una experiencia personal vivida con Joe, un paciente con Alzhéimer al que le tocó cuidar.

La historia decía así:

 

Todas las enfermeras tienen un paciente que les recuerda por qué se hicieron enfermeras. El mío fue Joe. Joe estaba en las primeras etapas de la enfermedad del Alzhéimer. Había momentos en que se acordaba de las cosas y momentos en que no, pero lo más duro de esta etapa de la enfermedad de Joe eran las pesadillas. Se despertaba en mitad de la noche gritando, pero cuando acudía a ver qué pasaba y le cogía la mano, solía llevarlo a la calma. En ese momento, él se despertaba y me preguntada si podía cambiarle el tratamiento y yo le respondía: ‘No Joe, no puedo, yo soy sólo una enfermera’. ‘¿Y mis medicamentos?, ¿puedes cambiarlos?’, preguntaba de nuevo. ‘No Joe, sólo soy una enfermera’, le repetía. Ya que no podía hacer este tipo de cosas por Joe, creamos un vínculo a otros niveles. Hablamos del voleibol, de sus nietos y bromeábamos con eso de que yo era la única enfermera que alcanzaba la repisa más alta. Nos reímos muchísimo Joe y yo. Pero una noche todo cambió. Lo encontré en su habitación llorando, así que le cogí de la mano y le dije: ‘Sé que esto es muy difícil pero esta enfermedad no te define como persona. Tú no eres sólo Alzhéimer. Tú sigues siendo Joe’. Me miró fijamente y me dijo: ‘Enfermera Kelly, lo mismo le digo. Por mucho que lo repita, usted no es sólo una enfermera. Eres mi enfermera y cambiaste mi vida en el momento en que te preocupaste por mí’. Entonces lo entendí. Los pacientes son personas con familia y amigos y yo no quiero ser una de esas enfermeras que fijen preocuparse, porque uno no es un número o un diagnóstico cuando entra en el hospital, ante todo es persona. Joe me recordó por qué ayudo a salvar vidas. Ya nunca más seré ‘sólo una enfermera’.


La joven de Colorado fue nombrada segunda finalista del certamen de Miss América este domingo y su sueño está a unos pocos pasos de hacerse realidad.

lunes, 28 de septiembre de 2015

La famosa cofia enfermera, un poquito de nuestra historia

Algunas cofias de Enfermeras evocan a la de las religiosas, relacionada con la tradición católica, y puntualmente con el cuidado a los enfermos y el servicio humanitario (velo). Anteriormente también recibió el nombre de "Toca", su diseño consistió en un "gorro". Éste se remonta a la Edad Media, con el gorro se pretendía cubrir el cabello, ya que peinarlo constituía una larga y fastidiosa tarea que no se realizaba con más frecuencia de lo que se consideraba necesario.  A la cofia se le ha considerado como signo de identidad. Entendiendo ésta como el resultado de un proceso ideológico, el cual exige un elemento de diferencia para poderse expresar, y en el que encontramos factores bien definidos como la pertenencia grupal o territorial.

Existiendo un grupo de enfermeras militares protagonistas del cuidado a los heridos en las dos grandes guerras del siglo XX, cuya cabeza coronaban con cofias denotadotas del diferente rango, similares a las religiosas. Por otra parte las órdenes religiosas impartían cuidados tanto en hospitales civiles como militares.

La evolución en el modelo de las cofias de enfermeras desde la primera cofia religiosa hasta el abandono total de las mismas, refleja la historia de los cuidados. Las también denominadas tocas devienen en un elemento del rango y ciertos aditamentos como medallas, escudos y cruces condecoran el servicio prestado en las instituciones militares.

Siendo las primeras dispensadoras de cuidados en muchos casos mujeres religiosas para los países colonizados, (quienes se cubrían la cabeza como parte de su hábito) no impidiendo que a nivel social existieran mujeres cuidadoras; parte del pueblo las que ofrecían los cuidados desde la transmisión de los conocimientos populares para realizar curaciones desde las ciencias de la naturaleza. Estas últimas con saberes transmitidos de generación en generación a través de la tradición oral. Las mujeres en la familia dispensaban los cuidados de forma informal. En los primeros hospitales estaban empleadas quienes realizaban la limpieza en las que recaía ofrecer a los enfermos los cuidados rudimentarios, aún teniendo experiencia reconocida eran consideradas negligentes, llevaban cubierto los cabellos por un gorro (en razón de la tarea que cumplían).

La revolución que se produce a mediados del siglo XIX, en la práctica médica tiene un efecto profundo sobre los cuidados de la salud. Por la misma época, Florence Nightingale luego de la guerra de Crimea a su vuelta a Gran Bretaña crea la primera escuela de Enfermería. La revolución que se produce a mediados del siglo XIX, en la práctica médica tiene un efecto profundo sobre los cuidados de la salud. Por la misma época, Florence Nightingale, depués de la guerra de Crimea, a su vuelta a Gran Bretaña, crea la primera escuela de Enfermería.