martes, 22 de diciembre de 2015

Suplemento de yodo en la gestación y la lactacia

El yodo es un elemento esencial para la producción de la hormona tiroidea y por tanto desempeña un papel fundamental en el crecimiento y desarrollo de los niños. La deficiencia grave de yodo en la gestación es causa de cretinismo y de daño cerebral irreversible en el niño. El beneficio de la suplementación con yodo durante la gestación en las áreas con deficiencia grave de yodo está bien establecido; sin embargo, en las regiones con deficiencia leve o moderada de este elemento, la evidencia de los beneficios solo se sugiere indirectamente por los resultados en los biomarcadores (aumento de la eliminación de yodo urinario, disminución del tamaño de la glándula tiroides tanto materna como del recién nacido y disminución en los nivel de tiroglobulina neonatal), pero no hay ni un solo ensayo clínico que haya comunicado los resultados de la suplementación durante el embarazo en el desarrollo de los niños o en su crecimiento. Hay otros comprimidos de yodo de diferentes marcas comerciales, como el Yodocefol y Natalben Supra. Para cualquier duda no dude en comentárselo a su matrona. 


Situación en España:

En el año 2004, la OMS incluyó a España entre los países con adecuada ingesta de yodo. Varios estudios recientes realizados en niños y adultos muestran medianas de yoduria superiores a los parámetros de riesgo, lo que confirma que la ingesta de yodo es suficiente en la población española. 

En octubre de 2012, la Dirección de Salud Pública del Gobierno Vasco y la Dirección General de Investigación y Salud Pública de la Generalitat Valenciana organizaron un taller sobre suplementación con yodo y ácido fólico durante la gestación y la lactancia. Una de las recomendaciones finales de este taller fue: "En estos momentos la suplementación universal con comprimidos de yoduro potásico durante la gestación y la lactancia materna no está justificada en España". En este taller se consideró que el contenido de yodo de la leche, los derivados lácteos y la sal yodada cubren las necesidades de yodo en la gestación y la lactancia, siempre que la madre consuma estos alimentos en su cantidad suficiente.

En gestantes, tres raciones de leche o derivados lácteos y 2g de sal yodada cubren alrededor del 100% de las necesidades de yodo y en madres lactantes el 90%. A ello hay que añadir otras fuentes de yodo que proporcionan el resto de alimentos de la dieta, como el pescado.

Las leches y derivados lácteos con denominación de ecológicos no están suplementados con yodo, puesto que las vacas que producen esta leche no se alimentan con piensos suplementados. Por tanto, la suplementación farmacológica de yodo durante la gestación y la lactancia solo estaría indicada en mueres con hábitos de alimentación que supongan alto riesgo de ingesta de insuficiente yodo o que presenten riesgo de desarrollar disfunción tiroidea en estas etapas. 

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